HISTORIA DE LA AUSCULTACIÓN
En cuanto a la relación profesional-paciente el estetoscopio
confirió independencia y
autoridad al juicio experto del primero, basado en unos conocimientos
fidedignos y ocultos al paciente.
René T. H. Laënnec (1781-1826) publica
en 1819 la primera edición de su Traité de l´auscultation médiate et des maladies du poummon et du
coeur, lo que trazó una linea divisoria con Bayle al inventar el estetoscopio de
madera de Laënnec.
El médico francés, se dio cuenta,
según publica Sánchez González en 1998, que al aplicar un cuaderno de papel enrollado sobre
el tórax de una persona
y colocando el oído en el otro
extremo se consigue escuchar los ruidos pulmonares y/o coronarios, con mucha
mayor nitidez y claridad en comparación al hacer una auscultación directa sobre la piel del paciente.
Este hecho, hace que en el siglo XIX se inventé
por tanto el primer estetoscopio de madera.
Con el estetoscopio se buscaba identificar
la contextura material del sustrato que emite el sonido auscultado pretendiendo
seguir profundizando en la ciencia de la medicina (hasta unos años a tras no se consideraba a la medicina
una ciencia exacta).
La mayor aspiración por parte de Laënnec fue poder reconocer en los enfermos vivos las lesiones anatómicas que se encuentran en los cadáveres aislando, a través de su estudio la dilatación bronquial, las cavernas, derrames,
edemas de la cavidad torácica y la tisis
tuberculosa, explicando las lesiones patológicas de las enfermedades del tórax, como el enfisema, la bronquiectasia y la tuberculosis. La
patología cardiopulmonar
parece haber llegado en este momento, definitivamente a una ciencia
"natural" y "positiva" (Laín Entralgo, 1978).
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